La fiesta fue casi perfecta para San Martín de Tucumán frente a Alvarado: récord, tres puntos y a seguir sumando

El "santo" ganó 1-0 en La Ciudadela, gracias a un penal de Junior Arias y a las atajadas de Darío Sand.

La Ciudadela alojó una fiesta casi perfecta. San Martín de Tucumán no sólo consiguió su tercera victoria de manera consecutiva, suceso que era esquivo desde la pasada temporada, sino que tuvo una tarde repleta de aspectos positivos: el récord de imbatibilidad de Darío Sand, el gol de Junior Arias y la manutención del invicto de 10 partidos. Esos puntos que lo mantienen como uno de los candidatos al ascenso.

No fue un partido en el que hubo lujos, tampoco grandes cadenas de pases y los volantes de creación pasaron casi desapercibidos. Fue todo lo contrario: un duelo chato, trabado y sin un claro dominador de la posesión. Un encuentro típico de una categoría en la que no resalta el buen juego. Pero el “santo” mostró dos características fundamentales para lograr el resultado positivo: la frialdad y la calma.

El penal (el primero en 18 fechas) también tuvo su debate. ¿Fue mano? La respuesta es no. La pelota pegó en el dorso de Nahuel Tecilla y, sin la mejor posición, el árbitro Carlos Córdoba cobró la infracción. Así, Arias marcó su sexto gol en el campeonato.

La tempranera ventaja no modificó la idea de juego de San Martín. El “santo” intentó desequilibrar por las bandas con Lautaro Fedele y Gonzalo Rodríguez. Pablo Hernández intentó suplir la baja de Juan Cuevas; tomó las riendas del medio campo y logró conectar una que otra pelota filtrada. Tampoco se puede pasar por alto la tarea de Gustavo Abregú de gran despliegue en el medio y una rueda de auxilio para la zaga central de Juan Orellana y Agustín Dattola.

Sin embargo, las lagunas de juego abundaron. El “santo” perdió el ímpetu que mostró en los primeros minutos. Incluso, Iván Molinas no pudo ser el eslabón entre el medio y el ataque. También se debe mencionarse que Diego Mastrángelo estuvo más centrado en la faceta defensiva que en el ataque.

Todos estos condimentos provocaron que el equipo de Diego Flores perdiera la iniciativa. Por momentos, el “santo” sólo se replegó en defensa para aguantar los ataques de Alvarado. Esa postura provocó que apueste a los ataques rápidos, aunque no generó demasiado peligro al arco de Juan Lungarzo. Sí; la profundidad sigue siendo una deuda pendiente.

El “torito”, en tanto, adelantó sus filas para rescatar un resultado positivo. Los dirigidos por Mauricio Giganti no querían volverse a Mar del Plata con las manos vacías y generaron varias ocasiones de peligro.

Lucas Rebecchi, Guido Vadalá y Sebastián Jaurena tuvieron las más claras para Alvarado. Pero, como es una costumbre en el último tiempo, Sand volvió a lucirse. Tuvo tres atajadas espectaculares y, una vez más, demostró que es el sostén del equipo a tal punto de que corrigió varios errores de la defensa. El correntino es la explicación del gran momento que atraviesa San Martín.

¿Por qué la tarde no fue excelente? La victoria de San Martín de San Juan le impidió saltar a la cima de la zona A.

El gran objetivo antes de finalizar la primera rueda es recuperar la cima, pero la racha de triunfos deja un saldo más que positivo para esta jornada.

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